EL DRAGÓN DE VALENTÍN
Un mozo de un pueblecito de Extremadura salió en busca de aventuras. Como era valiente, le llamaban Valentín. Al pasar por un puente, paró a comer algo de la poca merienda que llevaba, y vio aparecer tres hermosos perros que acarició. Él les dio algo de su merienda, y los perros se fueron con él, bautizándolos con el nombre de Collar de Oro, Collar de Plata y Collar de Bronce.
Acompañado de sus tres perros llegó a una ciudad, donde encontró a sus habitantes llorosos y tristes. Preguntó qué pasaba, y le contestaron que en una cueva de los alrededores vivía un maldito y enorme dragón de siete cabezas que sólo se mantenía de carne humana, y todos los días se comía una moza, y que aquel día le tocaba comerse a la princesita hija del rey, a quien todos querían mucho por su belleza y su bondad.
En aquel momento oyeron que un pregonero publicaba un bando del rey, diciendo que aquel que matase al dragón se casaría con la princesa, su hija, y sería el único heredero de su inmenso y rico reino. Se animó el mozo al oír esto, pues ninguna aventura mejor que ésta, y, queriendo conseguir premio tan valioso, cogió sus tres perros y con ellos se fue en busca del dragón.
Llegó a la cueva de éste en el momento que el dragón salía y se dirigía a la ciudad a comerse a la princesa. Animoso y valiente nuestro mozo, en vez de acobardarse a la vista de aquel enorme dragón que daba espanto a quien miraba, llamó a sus perros, diciéndoles:
-¡Ahí con él, Collar de Oro: ahí con él, Collar de Plata: ahí con él, Collar de Bronce!
Los perros, como tres fieras, se tiraron al dragón, y Collar de Oro se llevó tres cabezas, Collar de Plata otras tres y Collar de Bronce la otra restante. Contentísimo, Valentín, cogió las cabezas y les sacó las lenguas, que guardó en su zurrón, abandonando las cabezas sin lengua.
Un príncipe aspirante a la mano de la princesita, que había visto cómo los perros de Valentín habían matado al dragón y que el mozo había quedado allí las cabezas, cogió éstas, se las llevó al rey y dijo que él sólo había matado el dragón, y había, por lo tanto, conseguido la mano de la princesita. Se la dio el rey, y en seguida se celebraron las bodas, con grandes festejos y alegría.
Pero Valentín, que no tenía un pelo de tonto, el día que se celebraba el banquete de boda llamó a sus perros, diciéndoles:
-Collar de Oro, ve a palacio y tráeme el plato donde comen los novios. Collar de plata, tráeme el plato donde come el rey; y tú, Collar de bronce, tráeme el plato donde come la reina.
Cumplieron los perros la orden de su amo, y por más que les persiguieron, ni les dieron alcance, ni pudieron arrebatarles los platos. Quedó Valentín muy satisfecho del éxito y de sus perritos: pero esto gustó poco al rey, quien le llamó para castigarle por la falta de respeto.
Cuando Valentín estuvo ante el rey, le dijo éste: -¿Eres tú el dueño de los tres perros que han robado los platos de mi mesa?
-Sí, señor; yo he sido el que con los tres perros he robado los platos de su mesa, y con los mismos perros he matado al dragón y salvado de la muerte a la princesita, su hija -contestó muy tranquilo Valentín.
-Mientes -dijo el rey-, pues el príncipe que se ha casado con la princesa, mi hija, ha sido quien mató al dragón, y quien como prueba de ello, me ha traído las siete cabezas, que aquí está para demostrarlo.
-Pues el príncipe ese ha engañado al rey. Quien ha matado al dragón he sido yo con mis leales perros, y aquí están las siete lenguas que saqué de esas cabezas. Vea su Real Majestad, y se convencerá que esas cabezas están sin lengua. Las abrieron y, efectivamente, sin lengua estaban, lo que convenció al rey, quien mandó anular el matrimonio de su hija con el príncipe y ordenó encerrasen a éste en un castillo por impostor y mentiroso. Luego, como buen rey cumplidor de su palabra, dio a Valentín la mano de su hija, muy contento de tener un yerno y sucesor tan valiente y listo, viviendo todos felices por muchos años. Todavía conserva Valentín las siete lenguas, por si queréis ir a verlas.
Fuente: Mapa de Cuentos y Leyendas de Extremadura y el Alentejo. (s. f.). El dragón. Recuperado de http://alcazaba.unex.es/~emarnun/docs/caceres/trujillcac/dragon.htm