La Toma del Baluarte de Montánchez

 

LA TOMA DEL BALUARTE DE MONTÁNCHEZ

La toma del baluarte de Montánchez se debe a una serpiente que muestra a los cristianos el camino que han de seguir para llegar al corazón de la fortaleza defendida por los almohades. Estando un sábado acampados junto a la fuente del Trampal, una enorme serpiente con su cabeza cubierta de una mata de pelo, pasó por medio de las mesnadas cristianas sembrando el pánico entre los caballos ya dispuestos para el ataque. Antes de que pudieran imaginar, la serpiente había desaparecido de su vista. Los caballeros siguieron su rastro entre espesos y altos matorrales y no tardaron en dar con su guarida. Era ésta un amplio túnel que comunicaba directamente con el castillo. Y fue por este pasadizo por el que penetraría un grupo de los más aguerridos cristianos para tomar la fortificación.

Sorprendentemente no encontraron rastro ni nunca supieron de la fabulosa culebra peluda que los había guiado hacia la victoria. Cuenta la leyenda que se trataba de una núbil princesa agarena que, cual Melusina, cada día del final de la semana tomaba forma de serpiente, aunque conservando su cabeza humana, y por el recóndito pasadizo bajaba hasta la fuente del Trampal a peinarse los dorados cabellos. Al considerarla culpable de la derrota, su padre, el caíd, maldijo a la virgen mora, que desde aquel fatídico día vive transformada en serpiente bajo las huras del castillo. Sólo la noche de San Juan recobra su forma de mujer y se la ve pasear sobre las almenas portando en la mano una vela encendida.

 

Fuente: Domínguez Moreno, J. M. (2008). Animales guías en Extremadura (II) I. Revista de Folklore, 28b, 331, pp. 3-17. Recuperado de http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?id=2499