Los orígenes de Pedro de Valdivia

LOS ORÍGENES DE PEDRO DE VALDIVIA 

 “… A este respecto existe una tradición que, intenta revelar el valor de los varones de este ilustre apellido.

Se dice que por aquellos parajes vivía una enorme serpiente, un reptil descomunal que campaba por sus respetos en todo el valle, llenando de horror toda aquella comarca. Era en vano que una y mil veces sus vecinos se hicieran el firme y valiente propósito de buscarla y darle muerte. Apenas la divisaban, huían despavoridos y aterrados.

Hasta que un día, el Señor de Valdivia, harto ya de aquel huésped  indeseable que despertaba tan enorme pánico en sus vasallos, hasta el punto de que los campos se encontraban abandonados y sin cultivar ya que no se atrevían a salir a labrarlos, decidió acabar de una vez y para siempre con la sierpe. A tal fin, reunió a todos sus vasallos y colocándose al frente de ellos acompañado por su siete hijos, salió a buscarla.

Una vez que le dieron vista, a ella se fueron los Valdivia, sin dejar que el temor anidara en su pechos. Pero la descomunal serpiente, como si adivinara la intrépida bravura de aquellos valientes enemigos, los evitó, atacando a los vasallos que les seguían, a los que causó grandes pérdidas, haciendo huir despavoridos a los supervivientes.

Luego, se enfrentó a los Valdivia y en el combate cayeron muertos algunos de los siete bravos hermanos. Entonces, el más joven de estos, preso de la furia y ansiando tomarse cumplida venganza, se armó de su puñal y un tronco rugoso de roble. Al galope de su caballo, dejó atrás a cuantos le seguían y ya ante la serpiente cuando esta abrió su horrible y enorme boca metió en ella, a manera de cuña, el tronco. En tanto el reptil se debatía, metió mano al puñal y le asestó tan terribles tajos que acabó cortándole la cabeza.

Regresaron los vasallos, alborozados, con enorme alegría, aclamando  a  su señor, pero otra vez huyeron aterrados cuando apareció, sorpresivamente, otra enorme serpiente, sin duda la compañera de la que yacía muerta. Salió de una sombría caverna y acudía terriblemente furiosa. Pero el joven Valdivia, valientemente, no se echó atrás, le presentó cara y hábilmente con la sola ayuda de su puñal, dio muerte asimismo al segundo monstruo.

Enterado de la hazaña, el rey otorgó al joven Valdivia, la merced de que agregara a sus armas un rugoso tronco de árbol en cuyo extremo, mordiéndole, figurasen cabezas de las dos serpientes. Por lo general, en este escudo se pintan cabezas de dragones para dar mayor idea de la fuerza y monstruo.

De doña Leonor de Guzmán y Valdivia, descendió el rey don Enrique II, con anterioridad Conde de Trastamara.”

 

Fuente: Andando por Castuera (s. f.). Recuperado de http://www.nuevoportal.com/andando/pueblos/extrema/badajoz/castuera.html