Los Milagros de la Virgen de la Soledad

LOS MILAGROS DE LA VIRGEN DE LA SOLEDAD 

“… A esta Virgen se le atribuyen al menos dos milagros, relacionados con lluvias y tormentas. El primero habla de una niña que se perdió en el monte, donde fue sorprendida por una fuerte tempestad de viento y lluvia. Asustada, se cobijó bajo una frondosa encina donde milagrosamente una misteriosa señora la cobijó con su manto, a la vez que la tranquilizaba diciéndole que no iba a pasarle nada.

Mientras, los padres de la pequeña, al ver que no regresaba, habían reunido a familiares y vecinos para echarse al monte en su busca. Mas, como la tormenta arreciaba y la oscuridad resultaba infranqueable, les fue imposible continuar, de ahí que, angustiados, debieran cejar en su empeño. La búsqueda prosiguió al día siguiente hasta que hallaron a la criatura junto a la encina, suceso que padres y familiares tuvieron como inexplicable, pues la noche anterior habían pasado por aquel lugar varias veces. Y, ¡oh maravilla!, la niña estaba completamente seca, de ahí que al preguntarle su madre por tan anómala circunstancia, ella contase cómo una hermosa mujer la había protegido con su manto durante toda la noche. Una vez en el pueblo, madre e hija decidieron acudir a la iglesia para dar gracias a Dios por tan feliz desenlace. Fue entonces cuando la pequeña fijó su mirada en la imagen de la Soledad y no le cupo la menor duda: ella era la mujer que durante la tormenta la cubrió con su manto. Intrigada la madre por cuanto su hija decía, tocó el manto de la Virgen: estaba completamente empapado de agua.

El segundo suceso cuenta que cierto día, cuando el sacristán encargado  de cuidar la ermita acudió a ella para adecentarla, se sorprendió al ver que la imagen no estaba ni en su altar ni en ninguna otra dependencia del santuario. Corrió muy preocupado al pueblo y dio cuenta de la desaparición tanto al párroco como a las autoridades locales, que volvieron con el rapavelas para confirmar lo sucedido. Mas su asombro fue grande cuando vieron que la imagen estaba de nuevo en el lugar acostumbrado, aunque, eso sí, completamente empapada de lluvia. Tan extraña contingencia fue motivo de mil comentarios en la aldea y nadie parecía encontrar respuesta a suceso tan inexplicable hasta que, tiempo después, aparecieron por el lugar unos marineros naturales de Casatejada que venían para agradecer a su patrona que durante una tempestad en alta mar les hubiese arropado con su manto, acompañándoles felizmente a tierra firme. Hechas las indagaciones oportunas pudo comprobarse que este suceso coincidía con la fecha en que la imagen desapareció de su ermita. De ahí que se la moteje de Andariega, según se recoge en una copla local:

Un sacristán a la Virgen Andariega la ha llamado, porque fue a lejanas tierras para obrar un gran milagro.”

 

Fuente: Rodríguez Plasencia, J. L. (2012). Apariciones marianas en Extremadura (III). Revista de Folklore, 32, 363, pp. 33-45. Recuperado de http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?id=2715