La Virgen de la Luz y el Arroyo Friegamuñoz
LA VIRGEN DE LA LUZ Y EL ARROYO FRIEGAMUÑOZ
“… En la localidad badajocense de Alconchel cuentan que la Virgen de la Luz se apareció en la Sierra de Moncharte -Los Jarales- a un pastor que lavaba su plato en un arroyo. Cuando más centrado estaba en su tarea, oyó una voz que le decía: “¡Friega, Muñoz, friega!”, a la par que descubría una luz que salía de una cueva -dicen que prehistórica- que cerca había. Se acercó al lugar y allí encontró una muñeca que no dudó en guardar en su zurrón. Pero cuando llegó a casa, la muñeca había desaparecido. El suceso se repitió varias veces hasta que las autoridades eclesiásticas comprendieron que se trataba de la Virgen. Desde entonces el arroyo se conoce como de Friegamuñoz y en su proximidad se edificó un eremitorio o convento bajo la advocación de Nuestra Señora de la Luz, fundado en 1500 por Fray Juan de Guadalupe, donde según un Memorial de la Provincia de S. Gabriel, de la Orden de los frailes menores de observancia, escrito por fray Juan Bautista Moles, “se recogieron los primeros padres cuando hallaron derrotadas (destruidas) sus casas de Trujillo, Villanueva de la Serena y Salvaleón”. Y añade: “Hay memoria que aquí se halló una imagen de Nuestra Señora que ahora está en el altar mayor”. Dice “que hay memoria”, pero no asegura el hecho mismo de la aparición.
Igualmente se cree que la leyenda de esta aparición fue transmitida por los propios frailes para atraer peregrinos y, con ello, beneficiarios, a tan humilde lugar, pues como recoge el citado Memorial, para pedir limosnas tenían muchos pueblos, en especial Alconchel, ya que los señores de esta localidad le daban copiosos donativos y fueron defensores de los frailes. Así como los marqueses de Villanueva del Fresno y Cheles. A la par en los primeros años de la fundación de Moncharte se obraron muchos milagros por obra y gracia de la Virgen de la Luz, de la que también fue muy devota y benefactora Doña Mayor Manuel, esposa de don Diego de Mendoza, alcalde de Morón, de Portugal y tía de la marquesa de Villanueva desde que la Virgen liberó a su hijo de morir desangrado por una sanguijuela que se le agarró a la garganta mientras bebía abruzado en un arroyo. Acudieron ambos a la ermita y mientras oían misa, la sanguijuela se soltó, librando al joven de una segura muerte.”
Fuente: Rodríguez Plasencia, J. L. (2011). Apariciones marianas en Extremadura (I). Revista de Folklore, 31, 357, pp. 39-50. Recuperado de http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?id=2678
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