Category: Leyendas Infantiles

La leyenda del Charco de la Serpiente

 

 

LA LEYENDA DEL CHARCO DE LA SERPIENTE

Hubo un tiempo en el que las escarpadas montañas del Río Jurde eran enormes praderas donde la vegetación se mostraba exuberante y donde los pastores criaban sus rebaños de cabras. En una ocasión un señor desconocido se acercó donde había varios cabreritos en corrobra y les hizo una proposición:

-¿Habría alguno de vosotros que quisiera verter una cuartilla de leche en una poza del río, durante un año seguido, todos los días al atardecer? (Era un hueco en la roca que estaba al lado de un charco, donde no se podía ver el fondo y ni con dos madejas de hilo unidas con una piedra en la base, se llegaba a tocar).

Todos los cabreritos se negaron a realizar aquella proposición por considerarla una obligación innecesaria y sin ninguna recompensa. Todos menos uno de ellos que aceptó el trabajo, bien porque le resultaba divertido o porque era  tan tímido que no se atrevió a decirle que no.

-Pues bien has de verter la leche todos los días hasta que yo te diga y no mires atrás cuando lo hagas…, la dejas y te marchas sin volver la vista.

-Al día siguiente empezó su tarea y así durante muchos días, dejaba su leche y se daba la vuelta. Pero la curiosidad podía más que las órdenes del misterioso señor, una vez se escondió entre los matorrales para saber quién se bebía la leche y quedó perplejo al ver que una enorme serpiente con siete cabezas salía del charco y devoraba la leche de un zarpazo, desapareciendo de nuevo en lo profundo de las aguas.

Un tiempo más tarde se acercó de nuevo aquel hombre hasta el cabrerito y le dijo: ya no hace falta que pongas más leche en la poza. Ahora solo te pido que cojas tu rebaño y te marches a casa, pues algo terrible va a suceder. Te agradezco tu labor y si algún día vas a Roma ven a verme que te ayudaré en lo que pueda.

-Pero oiga: ¡si es mediodía!…, ¿cómo voy a meter las cabras en casa?, si apenas han pastado….

-Haz lo que te digo, le contestó, luego verás porqué.

-Así lo hizo a regañadientes, cogió su ganado y lo encerró en Jurde a mediodía ante las burlas de los vecinos y las amenazas de su familia. Enseguida empezó a nublarse el cielo y un gris casi negro se apoderó de todo alrededor. Cayó un diluvio que hizo crecer el río de mar a monte, en aquella crecida arrastró las cabras de los otros pastores e incluso alguno de ellos también fueron arrastrados por la fuerza del agua, aquella crecida se llevó a la serpiente rio abajo y desapareció en el océano. -(Supongo que sería el Atlántico).

II

-Pasaron los años y aquel cabrerito se hizo mayor y decidió casarse con una prima, vecina del pueblo de Jurde, una hermosa mujer que mostraba una larga cabellera rubia, ojos azules y una belleza mareante, pero no era posible una boda entre primos, si no había una autorización del Papa, lo cual hizo emprender al Jurdanito un viaje hasta el vaticano que duró un año. Muy cansado, (ya en las calles de Roma) de repente oyó una voz que le llamaba para decirle:

-¿Oye cabrerito, no te acuerdas de mí?, yo soy el que te dijo que pusieras la leche en el Río Jurde, vivo aquí desde hace muchos años, pasa que podrás descansar y reponerte, parece que has hecho un largo viaje.

-Pues si, vengo de Jurde para ver al Papa, pues voy a casarme y necesito un certificado para poderme casar con mi prima, pues la iglesia no lo permite sin su autorización.

-Bueno, no te preocupes, yo me encargo de todo, ven. Cenarás, te bañarÁs y luego podrás dormir toda la noche. A la mañana siguiente al despertar, vio como todo su cuerpo estaba en un charco de sangre y se asustó tanto, que no podía levantarse.

-No te preocupes cabrerito, ya se lo que te pasa, no temas, la sangre que ves es la que traes infectada del viaje tan largo que has hecho, te ha salido después de darte un ungüento para tus heridas.

-Desayunaron y una vez repuesto, el amigo le dijo:

-Ven, quiero que veas una cosa:

Caminaron hasta una cerca donde había algo que paralizó todo su cuerpo.

-¿Ves ese monstruo?, pues es el que tu criaste en el Río Jurde (Un enorme animal con siete cabezas guardaba la finca del romano). Una vez conseguido el papeleo y de vuelta a casa el cabrerito empezó a entristecerse.

-¿Qué te pasa?, ¿Por qué quedaste tan serio de repente?

-Es  que  verás:  mañana  es  el  Cristo  de  mi  pueblo  y  como  tardaré  un  año en volver, no podré estar este año en la fiesta.

-Eso tiene arreglo, no te preocupes, solo quiero que me des algo a cambio por hacerte el favor.

-¿Y que puedo darte?

-Puedes darme la parra que tienes en tu puerta, eso basta.

-¡A bueno!, si solo es eso trato hecho.

-Bien pues coge esta mula que te doy que ella te llevará a tu pueblo antes de amanecer, pero no debes decir “Jesús”, pues si lo dices la mula se parará y tendrás que ir caminando.

-Emprendió su viaje, subió a la mula y le dijo: «arre mula, que la mar te para», y con el traqueteo se quedó dormido. Cuando en medio del sueño oyó unas campanas que sonaban. Despertó de repente y exclamó:

– !Jesús,… si estoy en mi pueblo! y en ese momento la mula desapareció, pero como ya estaba en el Lombo Labrao, bajó caminando y llegó al pueblo a punto para la alborada. Ya en casa, se enteró que estaba enferma el ama del cura y se acercó a preguntarle:

-¿Qué le pasa señora?, y ella malhumorada respondió: -tu bien lo sabes, has venido toda la noche a mis costillas.

Al amanecer y llegar a su casa observó que la parra de su puerta había desaparecido. Quizá esté ahora en algún rincón de Roma dando vino, donde aquel monstruo de siete cabezas tiene atemorizada a la población.

 

Fuente: Martín, J. (2010). La leyenda del Charco de la Serpiente. Recuperado de http://blogdejamama.blogspot.com.es/2010/04/hubo-un-tiempo-en-el-que-las-escarpadas.html

Los Milagros de Nuestra Señora de Argamasa

LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA DE ARGAMASA 

“… Continuando con los cultos marianos extremeños diré que en Riolobos, veneran la imagen de Nuestra Señora de la Argamasa, situada antiguamente en la ribera del Alagón, donde según la leyenda, se encontró a la efigie sobrenadando en las aguas del río. Esta ermita fue anegada con su consiguiente ruina, por lo que se edificó una nueva en los primeros años del siglo xx y reconstruida casi a finales del mismo siglo debido a su gran deterioro. Se llamó de la Argamasa porque la imagen fue encontrada en la dehesa de igual nombre, cerca del río. Además, se me informa desde el Ayuntamiento que en 1753, el Censo del Convento Agustino podría indicarnos la razón de la existencia de una ermita de Nuestra Señora de la Consolación, ya derruida alrededor del año 1791 y de la que solo quedó una cruz en el lugar del altar, también ya desaparecida.

 

“De la imagen de la virgen no sabemos qué pasó; en el pueblo la verdadera y primitiva imagen de la Argamasa era la llamada Argamasina, conocida hasta los años 60-70 y luego desaparecida. Se cree que es actualmente la imagen a la que veneramos, imagen del S. XIII”, me dicen … ”

 

Fuente: Rodríguez Plasencia, J. L. (2001). Apariciones marianas en Extremadura (II).      Revista      de      Folklore,      31,   358,           pp.      16-26.      Recuperado    de http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.php?id=2682

El dragón de Valentín

EL DRAGÓN DE VALENTÍN

Un mozo de un pueblecito de Extremadura salió en busca de aventuras. Como era valiente, le llamaban Valentín. Al pasar por un puente, paró a comer algo de la poca merienda que llevaba, y vio aparecer tres hermosos perros que acarició. Él les dio algo de su merienda, y los perros se fueron con él, bautizándolos con el nombre de Collar de Oro, Collar de Plata y Collar de Bronce.

Acompañado  de  sus  tres  perros  llegó  a  una  ciudad,  donde  encontró  a  sus habitantes llorosos y tristes. Preguntó qué pasaba, y le contestaron que en una cueva de los alrededores vivía un maldito y enorme dragón de siete cabezas que sólo se mantenía de carne humana, y todos los días se comía una moza, y que aquel día le tocaba comerse a la princesita hija del rey, a quien todos querían mucho por su belleza y su bondad.

En aquel momento oyeron que un pregonero publicaba un bando del rey, diciendo que aquel que matase al dragón se casaría con la princesa, su hija, y sería el único heredero de su inmenso y rico reino. Se animó el mozo al oír esto, pues ninguna aventura mejor que ésta, y, queriendo conseguir premio tan valioso, cogió sus tres perros y con ellos se fue en busca del dragón.

Llegó a la cueva de éste en el momento que el dragón salía y se dirigía a la ciudad a comerse a la princesa. Animoso y valiente nuestro mozo, en vez de acobardarse a la vista de aquel enorme dragón que daba espanto a quien miraba, llamó a sus perros, diciéndoles:

-¡Ahí con él, Collar de Oro; ahí con él, Collar de Plata; ahí con él, Collar de Bronce!

Los perros, como tres fieras, se tiraron al dragón, y Collar de Oro se llevó tres cabezas, Collar de Plata otras tres y Collar de Bronce la otra restante. Contentísimo, Valentín, cogió las cabezas y les sacó las lenguas, que guardó en su zurrón, abandonando las cabezas sin lengua.

Un príncipe aspirante a la mano de la princesita, que había visto cómo  los perros de Valentín habían matado al dragón y que el mozo había quedado allí las cabezas, cogió éstas, se las llevó al rey y dijo que él sólo había matado el dragón, y había, por lo tanto, conseguido la mano de la princesita. Se la dio el rey, y en seguida se celebraron las bodas, con grandes festejos y alegría.

Pero Valentín, que no tenía un pelo de tonto, el día que se celebraba el banquete de boda llamó a sus perros, diciéndoles:

-Collar de Oro, ve a palacio y tráeme el plato donde comen los novios. Collar de plata, tráeme el plato donde come el rey; y tú, Collar de bronce, tráeme el plato donde come la reina.

Cumplieron los perros la orden de su amo, y por más que les persiguieron, ni les dieron alcance, ni pudieron arrebatarles los platos. Quedó Valentín muy satisfecho del éxito y de sus perritos: pero esto gustó poco al rey, quien le llamó para castigarle por la falta de respeto.

Cuando Valentín estuvo ante el rey, le dijo éste: -¿Eres tú el dueño de los tres perros que han robado los platos de mi mesa?

-Sí, señor; yo he sido el que con los tres perros he robado los platos de su mesa, y con los mismos perros he matado al dragón y salvado de la muerte a la princesita, su hija -contestó muy tranquilo Valentín.

-Mientes -dijo el rey-, pues el príncipe que se ha casado con la princesa, mi hija, ha sido quien mató al dragón, y quien como prueba de ello, me ha traído las siete cabezas, que aquí está para demostrarlo.

-Pues el príncipe ese ha engañado al rey. Quien ha matado al dragón he sido yo con mis leales perros, y aquí están las siete lenguas que saqué de esas cabezas. Vea su Real Majestad, y se convencerá que esas cabezas están sin lengua. Las abrieron y, efectivamente, sin lengua estaban, lo que convenció al rey, quien mandó anular el matrimonio de su hija con el príncipe y ordenó encerrasen a éste en un castillo por impostor y mentiroso. Luego, como buen rey cumplidor de su palabra, dio a Valentín la mano de su hija, muy contento de tener un yerno y sucesor tan valiente y listo, viviendo todos felices por muchos años. Todavía conserva Valentín las siete lenguas, por si queréis ir a verlas.

 

Fuente: Mapa de Cuentos y Leyendas de Extremadura y el Alentejo. (s. f.). El dragón.        Recuperado  de http://alcazaba.unex.es/~emarnun/docs/caceres/trujillcac/dragon.htm

El Horno del Dragón

EL HORNO DEL DRAGÓN

A la mitad del camino que conduce desde Pozuelo a Santa Cruz de Paniagua, a unos doscientos metros a la izquierda de la vía y en el cerro de la Bardera, hay un enorme peñasco de forma cónica con un apéndice que figura el trozo de un puente, de un solo ojo, que mide tres metros aproximadamente de elevación por dos de anchura. Subiendo un poco por las sinuosidades de la peña, se ve una caverna medio oculta en las angulosidades de la pizarra, de regular profundidad, denominada El Horno del Dragón.

Este dragón era un gigante monstruoso, que tenía la cabeza y brazos de hombre y el resto del cuerpo de basilisco. Cuando sentía hambre, daba unos bramidos tan fuertes, que se oían a dos leguas a la redonda y atemorizaban a los habitantes de la comarca, quienes para aplacarlo llevaban una vaca o varios carneros, que el monstruo mataba y se comía. No le duraba más que un día, y al siguiente se repetían los bramos y ofrenda.

Esta voracidad concluyó con la ganadería de la comarca, que entonces empezaba a desarrollarse; y no habiendo seres que engullir, acometió y se zampó a los habitantes de la Alta Extremadura. Cuando dio fin de ellos, bajó a la provincia de Badajoz e hizo lo mismo. Luego despobló Andalucía; y por último, siempre buscando alimento, pasó a África, de donde no volvió.

 

Fuente: Hurtado, P. (1901). Supersticiones Extremeñas. IV: Encantamientos, en Revista de Extremadura. Órgano de las Comisiones de Monumentos de las dos provincias, año III, número XXV, Junio. (pp. 313–314).

La laguna de las encantás

LA LAGUNA DE LAS ENCANTÁS

Había una vez, un camino que terminaba en un pequeño pueblo llamado Montijo, una laguna un tanto especial. En ese pueblo corría el rumor de que sus aguas estaban encantadas y que a todas las muchachitas que se acercaban, ella las hechizaba.

Pero en cierta noche, velada de San Juan, tres hermanas conocidas en el pueblo como las María, paseaban por dicho camino mientras contemplaban con admiración las estrellas de aquella noche. Estas estrellas se encontraban más bajas, grandes y mucho más brillantes que en otras ocasiones. Las tres muchachitas se acercaron a la Laguna para poder verlas reflejadas en sus relucientes aguas y fue, en ese momento, cuando se produjo el “encanto” del que todo el pueblo hablaba.

Un misterioso impulso hizo que estas hermanas decidieran darse un baño en aquella mágica laguna sin fondo. Se lanzaron con decisión a sus aguas transparentes para nunca más volver a salir a la superficie, convirtiéndose así en Damas del agua.

Desde aquella noche las tres Damas duermen en el fondo de la laguna y, solo en las noches de San Juan, se despiertan para concederles a los afortunados, que hasta allí llegan andando, con sus vasos llenos de agua sin derramar ni una gota, sus mayores deseos.

En su despertar, las tres Damas salen del fondo de las aguas de la Laguna Encantada, y bailando una danza, conceden los deseos a todas aquellas personas que vacían su vaso de agua en la mágica Laguna.

 

Fuente: http://blogs.hoy.es/extremadurasecreta/2014/06/23/la-laguna-de-las-encantas/

La Bella Dama de Blanco

LA BELLA DAMA DE BLANCO

Érase una vez, en una pequeña ciudad llamada Badajoz, vivía una hermosa y triste muchachita llamada Leonor del que todo el mundo quedaba prendado al ver esa belleza que le caracterizaba. Su tristeza se debía a que, siendo muy niña, quedó huérfana, y fue su tía quien se ocupó de su cuidado.

Paseaba sola por las calles de Badajoz, siempre vestida de blanco, con la tristeza a cuestas.

Una tarde, se encontraba en aquella cuidad un vecino de Olivenza, quien al ver a esta muchachita quedó hechizado por su inocente encanto.

Comenzaron a verse a escondidas aprovechando las oscuras noches. Poco a poco, el amor entre estos dos jóvenes fue creciendo.

En una de esas noches, una noche de primavera, los enamorados deciden contraer matrimonio en un futuro muy próximo y fue a partir de ese día cuando el amor de esta muchachita dejó de visitarla sin motivo alguno.

Leonor, vestida de blanco, triste y distraída pensando en su amado, paseaba por el puente de Las Palmas cuando, sin darse cuenta, se resbala cayendo al río que atravesaba aquel puente.

Después de aquel trágico accidente no hubo rastro el cuerpo de la triste Leonor, pues por aquella ciudad corre el rumor de que vive en el fondo de las aguas del río Guadiana esperando a su amado.

 

Fuente: http://blogs.hoy.es/extremadurasecreta/2012/04/17/la-dama-blanca-del-guadiana/

La Virgen de Barbaño

LA VIRGEN DE BARBAÑO, PATRONA DE MONTIJO

Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Montijo, un joven pastor al que todos llamaban “Manolito”. Este salía todos los días con sus ovejas al campo, para que pudieran comer y siempre le gustaba ir a la orilla del río Guadiana que pasaba cerca de dicho pueblo. Un día mientras que estaba tumbado en el suelo bajo la sombra de una encima, se dio cuenta de que algo brillaba a lo lejos, justo a la orilla del río. Se levantó y se acercó corriendo y tal fue su sorpresa que se encontró la imagen de una virgen, que estaba muy sucia y vieja. Manolito al verla se la guardó en su alforja y nada más llegar a su casa se la enseñó a su familia. La colocó en la despensa y se fue a dormir.

A  la mañana siguiente Manolito se acercó a la despensa para ver a la virgen y se llevó una gran sorpresa, ya que la imagen había desaparecido. Asombrado por lo que había ocurrido volvió a ir con su rebaño al sitio donde se la había encontrado y allí se encontraba la imagen. Se la volvió a llevar de nuevo a su casa y volvió a ocurrir lo mismo, entonces Manolito se acercó a hablar con el cura del pueblo y cuando le contó la historia a este, decidieron construirle una ermita a la imagen cerca del lugar donde la habían encontrado, ya que en el terreno donde había aparecido era propiedad de un señor particular que no estaba dispuesto a construir ningún templo.

Desde aquel día, la imagen se encuentra dentro de la ermita y todos los habitantes de Montijo van a llevarle flores y a rezarle.

 

Fuente:

IMÁGENES MARIANAS DE LA COMARCA DE MÉRIDA: Autor: Vicente Navarro del Castillo .Deposito legal: BA-733-2003. Tirada: 500 ejemplares. Maquetación/imprime: Gráficas Rejas, S.L. Avda Santa Teresa de Jornet, s/n. Mérida

HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE BARBAÑO

Sirena de Usagre

LA SIRENA DE USAGRE

Cuentan que vaga por los alrededores del Guadiana, una sirena conocida como la Cantamora. Se trata de una joven que se volvió loca al saber que su propio padre había ordenado la muerte de su amado. Es entonces cuando esta dama decide tirarse a la fuente de La Luna, donde se abrieron las aguas y se tragaron a la bella dama.

La dama se convirtió en sirena y cada noche de San Blas, cuando la luna se ve reflejada hermosa en las aguas de la fuente, se oye como canta una canción y se ve reflejada peinándose sus largos cabellos.

 

Fuente: http://blogs.hoy.es/extremadurasecreta/2012/07/13/sirenas-de-agua-dulce/

La Virgen del Salobrar

LA VIRGEN DEL SALOBRAR 

 

“… La Virgen se apareció en los márgenes del río Tiétar, en un lugar improductivo llamado «Salobrar» por la composición de la tierra. En la Guerra de la Independencia un general, el general francés Víctor, fue vencido por las tropas anglohispanas mandadas por Wellington, y una parte huyó hacia la Vera. Los franceses se vengaron incendiando el monasterio de Yuste y la ermita de Salobrar. Tan mal lo dejaron que el pueblo decidió no reconstruir la ermita sino abandonar el lugar y trasladar la imagen a la ermita del Cristo de la Humildad, junto al propio pueblo …Virgen del Salobrar/chiquitira y veratita/ te han traído a Jaraíz/ tocando las esquilita.… ”

 

Fuente: Mapa de Cuentos y Leyendas de Extremadura y el Alentejo. (s. f.). Virgen del Salobrar. Recuperado de http://alcazaba.unex.es/~emarnun/docs/caceres/lavera/vsalobra.htm

La Encantá

LA ENCANTÁ

Cuenta la leyenda, que había una joven muy guapa en una cueva, en el manantial del “Buen Cristiano”. Esta hermosa mujer se les aparecía a los jóvenes pastores cuando pasaban con sus rebaños para llevarlos a beber al manantial.

Esta joven era tan hermosa que enamoraba a los pastores y se los llevaba a su cueva para luego, convertirse en una bruja de dientes largos y comérselos.

 

Fuente: https://alcazaba.unex.es/~emarnun/docs/badajoz/laserena/encanta.htm